El reposo

EL REPOSO

Toda persona con AR debe descansar entre 8 y 10 horas en la cama por la noche.

Hay que evitar una vida con gran actividad física o con exceso de preocupaciones.

La actividad física moderada es beneficiosa siempre que no produzca fatiga o dolor.

En las labores de la casa hay que evitar hacer fuerza con las manos.

No es bueno retorcer la ropa, abrir tapaderas de rosca, apretar fuertemente los mangos de cubiertos o de fregonas.

 

Todo ello puede contribuir a agravar las deformidades.

El reposo es importante en el tratamiento. Durante las fases en las que está activa la enfermedad el dejar el trabajo físico ayuda a aliviar los dolores y disminuye la hinchazón articular. Es por ello que en estas fases está justificada la baja laboral. Pero no es conveniente un reposo total, es decir, quedarse todo el día en la cama o en el sillón, ya que esta actitud tiende a producir a la larga disminución de la movilidad articular, debilidad de los músculos y descalcificación en los huesos (osteoporosis).

Podemos, no obstante, mantener estiradas las rodillas si colocamos un taburete de apoyo en los pies, o mejor, un sillón con apoyo para las piernas y los pies. Los codos deben de alterar posiciones de doblados y estirados.

El reposo total en la cama sólo está indicado en situaciones especiales, como son brotes de hinchazón articular que se acompañen de manifestaciones generales (fiebre, pérdida de peso y cansancio severo), afectación de órganos vitales (corazón, pulmón, vasos sanguíneos), alteraciones destructivas importantes de articulaciones de las piernas, o simplemente en casos de hinchazón articular generalizada en espera de que remita con la medicación.

Durante los reposos hay que mantener una postura adecuada con los brazos y las piernas estirados. No se deben poner almohadas debajo de las rodillas en la cama, ya que aunque puede aliviar el dolor, producirá a la larga deformidad en rodillas y caderas. Tampoco es bueno estar mucho tiempo en el sillón, ya que al estar sentado se doblan mucho las rodillas.

La cama debe ser plana, con un somier rígido debajo del colchón, o en su defecto, colocando una tabla entre el colchón y el somier. Se debe usar una almohada baja, de tal manera que el cuello quede recto. La cama debe ser lo suficientemente alta para poder levantarse sin forzar las rodillas.

Para evitar el roce o el peso de la ropa de la cama sobre los pies puede colocar un arco de alambre debajo de la sábana, o apoyar la planta de los pies en una tabla. Cuando se lee en la cama no debe doblarse la espalda utilizando almohadones, sino que debe doblarse desde las caderas y subiendo toda la espalda, como en las camas de los hospitales. Hay aparatos supletorios simples para subir la parte de arriba de las camas normales.