Las personas portadoras del HLA-B27, están predispuestas a desarrollar procesos inflamatorios articulares al entrar en contacto con antígenos bacterianos químicamente parecidos al propio HLA-B27.
Deben evitarse por tanto, aguas no cloradas bi higienizadas, hortalizas que no estén debidamente lavadas, mariscos crudos y huevos o derivados no sometidos al tratamiento térmico adecuado (cocción, fritura…)
Múltiples preparados alimentarios industriales contienen una considerable cantidad de conservantes, colorantes, aromatizantes y estabilizantes no naturales que pueden irritar la mucosa que recubre el estómago y el intestino, facilitando el paso de fragmentos bacterianos (antígenos) a la circulación sanguínea.
No existe una dieta específica para el enfermo de EA pero en general todo dieta debería apuntar hacía la moderación.