El reposo

EL REPOSO

Si la EA es muy activa y la rigidez muy molesta, puede ser necesario pasar una temporada sin trabajar e incluso un tratamiento hospitalario. Esto no quiere decir quedarse inmóvil ya que tal cosa podría acelerar la anquilosis de la columna.

Así se puede aprovechar el período de descanso sin trabajar para ampliar los ejercicios de la espalda, pecho y extremidades a fin de mantenerlos flexibles.
En la cama, es importante probar a permanecer parte del tiempo boca abajo.

Conviene adoptar esta postura unos minutos ante de levantarse y los 20 minutos primeros después de acostarse, siempre que el estado del paciente lo permita.

Al principio es posible que no se pueda aguantar más de cinco minutos seguidos e incluso que se necesite un cojín debajo del pecho, pero con la práctica, a medida que la columna se relaja, será más fácil.

Si se convierte en un hábito, esta postura ayudara a evitar que la espalda y las caderas se doblen y, aunque no sea factible todos los días, al menos un poco de tiempo dedicado a ellas es mejor que nada.
Echarse sobre la cama de espaldas con las piernas colgando hacia el suelo puede constituir también un buen ejercicio de estiramiento.
La cama debería ser firme, confortable y con cierto grado de amortiguación.

Si se tiene un somier de muelles, es necesario conseguir un tablón adecuado y ponerlo entre el colchón y el somier.

Una plancha de madera contraplacada es una base adecuada.

Deberían revisarse los colchones regularmente, procurando no comprar uno demasiado duro.

Es aconsejable escapar de los fabricantes que pretendiendo tener unos extensos conocimientos médicos, venden colchones aprecio de oro.
Es bueno reducir el número de cojines a uno o a ninguno.

Echarse sobre la espalda un cojín alto podría conllevar la pérdida gradual de la buena alineación del cuello y los hombros.

Por eso es recomendable en muchos casos el uso de una almohada individual y personalizada.
En las sillas todos los esfuerzos han de encaminarse para conservar una postura erguida.

Es raro que la columna se anquilose completamente pero, en previsión de ello, el paciente deberá esforzarse siempre por mantener la columna recta.

Es por ello que la silla de casa o del trabajo debe poseer todas las facilidades de ajuste o acomodamiento posible, permitiendo cualquier cambio de posición y una libertad de movimientos adecuados (asiento con altura ajustable, respaldo con inclinación variable, altura de los brazos y del respaldo siempre modificables) y a ser posible giratorio.

La zona del asiento no debe ser demasiado larga para no tener dificultad en poder ajustar la zona lumbar al respaldo.
Las sillas los sofás bajos y blandos son áreas catastróficas, favorecen la mala postura y aumentan el dolor.